Testimonios


He aprendido a quererme y aceptarme tal y como soy, ahora cuido mi cuerpo y no me juzgo. He conseguido hacer las paces conmigo misma, tengo la mente clara y siento gratitud y confianza.
A una amiga le diría que el programa Libera tu alimentación es para las personas que quieren dejar la mentalidad dieta y pasar a tener una alimentación consciente y amable. A mí me ha cambiado mi actitud frente a la comida, ahora practico una alimentación amable y tengo una inmejorable relación con mi cuerpo.
M.A.


Siempre he pensado qué debo comer, qué he comido, qué querría haber comido...
Una noria emocional. Y cada vez con más sobrepeso. Desde que te conocí María, todo ha ido cambiando poco a poco. Yo no soy mi cuerpo, mi aspecto físico... soy mucho más. Y me gusta como soy. Ahora mi único camino es cuidarme en todos los aspectos, quererme, escucharme y respetarme.
Muchas gracias.
M.E


Desde el momento en que elimine las restricciones y los alimentos prohibidos, justo desde ese momento dejé de necesitar comer a todas horas.
He perdido el miedo a engordar y sé que mi cuerpo llegará a tener la forma y el peso natural que deba tener. Puedo dedicarme a vivir sin que mi peso condicione el resto de mi vida.
S.L.D


En momentos en que me veía mejor o que la báscula me decía que había bajado algo de peso, mi ánimo mejoraba. Pero me sentía cada vez más débil, porque la lucha me suponía cada vez más esfuerzo y me sentía culpable por no ser capaz de conseguir lo que aparentemente era lo normal, estar delgada. Tras reconciliarme con la comida, y también con mi cuerpo, he conseguido soltar esa lucha y me siento mucho más tranquila y consciente. Ha cambiado mi forma de comer. Al dejar de luchar para comer menos, mi hambre se ha regulado poco a poco.
He aprendido que no hay alimentos ni malos ni prohibidos y que todos son necesarios para saciar los diferentes tipos de hambre que existen. He aprendido también que disfrutar de la comida es algo bueno y contrario a la culpa. He aprendido también que estar bien conmigo no depende de si consigo estar delgada o no, si no de en qué medida cuido de mis necesidades como persona.
E.F


Desde que empecé a trabajar con María he aprendido a escuchar a mi cuerpo, a saber qué tipo de hambre siento, a agradecer a mi cuerpo cosas que antes daba por sentadas. He aprendido a comer sin restricciones, con una alimentación consciente y lo más importante para mi, no sentir culpa.
Y sí, ¡¡funciona!!. No paso hambre y me estoy reconciliando con mi cuerpo y mi imagen.
Marta Santiago